Él me abraza, me abriga.
Él me cuida, no me abandona.
-¿A qué le temes?- preguntó.
-A vivir- contesté.
-Te ayudaré a no temer- prometió.
Y así fue.
Cuatro inviernos han pasado.
Él esta conmigo.
pero, ¿en dónde estás tú?
¿por qué me abandonas en la oscuridad del conformismo?
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